Tuesday, July 10, 2007

GRRRR

Hoy tuve uno de esos días que solo se puden definir como: ASQUEROSOS!!!
No fue el peor día desde que trabajo en esa dignísima dirección del ilustrísimo ministerio que representa las importantes Políticas (siempre correctas) del excelentísimo señor presidente y del “G”obierno “N”acional (no olvidémos las mayúsculas)...


quería escribir, pero de verdad estoy tan kabriada... que ni pa eso me da!

Friday, July 06, 2007

En el ministerio de Arriba...

Hay un ministerio sobre mí y otros dos más al lado. Hoy, almorcé en ministerio de arriba, porque tiene una cafetería al aire libre (libre de aire acondicionado), entonces fuimos a calentar el cuerpo y los pensamientos.
Al terminar de comer vi a un señor fumando y se me antojo pedirle un cigarro. Yo llevo algún tiempo sin comprar rollitos de nicotina dada una a afección respiratoria que he estado padeciendo en los últimos tiempos. Pero pudo más el antojo que otra cosa y este señor me informó que él ya no tenía más, pero que en “Administración” vendían.
Para mí, eso ya rozaba lo inconcebible, así que con mi compañera de almuerzo fuimos en pos de los cigarros.
Paseamos en un pasillo medio mosaico más chico que nuestro corredor ministerial, e incluso discutimos que ese era más amplio que el nuestro. No, no lo es. Es medio mosaico más chico, pero por la sobriedad y seriedad del mismo parece más grande... parece hasta ministerio.
Entramos hasta la mitad ¾ en donde encontramos el letrero ADMINISTRACIÓN, dos jóvenes nos preguntaron hacia donde íbamos y que necesitábamos?
Yo estaba muy temerosa, no solo por hacer el ridículo preguntando por cigarros, pero además por la falta total de respeto y ubicación... porque esta es la Dirección Nacional de Administración del Ministerio de ......... de Panamá.

Bueno, pregunté por cigarros... aja, ¿había otra opción? Yo tenía que comprobar que esto realmente sucede ahí.
En efecto la recepcionista con una dulce sonrisa dijo: Pase joven, es ahí dentro.
Efectivamente entramos a la Administración y varias personas (todas las presentes) preguntaron a viva voz: ¿Qué desean? - ¿En que se les ayuda?
Un señor me miró con su rostro muy rígido e insistió en preguntar. Yo con la voz más tímida y nerviosa que tengo dije: ¿es que, es que yo, bueno no sé, pero me dijeron que aquí venden o tienen cigarrillos?
Todo el mundo sonrió y el señor con su rostro ahora suave y dulce, procedió a buscármelos mientras me invitó a sentarme en la sala de esperas de la Dirección en donde mi amiga ya estaba riéndose hacía rato.
Luego, me vendió 2 cigarros (de una marca que no fumo) a veinticinco centavos.
Mi amiga y yo nada más podíamos reírnos y correr hasta nuestro ministerio de pasillo ancho e imagen tumultuosa de mercado público. Veníamos 20 minutos tarde.

No fume hasta rato después.