Llevo unos cuantos días pensando en todo lo que pensé y el tiempo que en eso invertí…/perdí.
Le contaba a la confesora, que ese día en que mi vida dejo de ser mía, logré poner una leve resistencia diciendo que no.
Cuánto discurso, cuánta palabra bajo tus cabellos
con tanta falta de afectos bajo mi piel.
¿Qué precio pagaste por un alma por la que nadie ofrecía nada?
Años después dijiste: Ella fue mi mejor capricho.
Años más después de eso sigo sin comprenderlo, tal y como no te comprendí jamás.
Pero yo lo supe siempre, lo que demuestra que saber a veces no vale nada. Y sin embargo el costo al final se vuelve la deuda externa del cuerpo. Saldos impagables, agotados intereses; naufragando en guiones absurdos de una obra jamás ensayada, pero éxito en taquilla y comidilla de los diarios.
Tú me hiciste un favor que jamás pedí, ganaste todo sin apostar nada, el único riesgo fueron besos y un par de gemidos nocturnos.
Y de no haber sido así…
What if?
¿Qué tal si mi no, hubiese sido consistente y firme? ¿Qué tal si la primera mentira que escupieron tus ojos no hubiese ahogado mi voluntad?
Maybe today I won’t be a statistic of alternative citizens...
Fondo musical:
“Otra vez vuelvo a ser esa niña que ayer amorosa besaba tus manos…”
Eva Ayllon