Friday, July 06, 2007

En el ministerio de Arriba...

Hay un ministerio sobre mí y otros dos más al lado. Hoy, almorcé en ministerio de arriba, porque tiene una cafetería al aire libre (libre de aire acondicionado), entonces fuimos a calentar el cuerpo y los pensamientos.
Al terminar de comer vi a un señor fumando y se me antojo pedirle un cigarro. Yo llevo algún tiempo sin comprar rollitos de nicotina dada una a afección respiratoria que he estado padeciendo en los últimos tiempos. Pero pudo más el antojo que otra cosa y este señor me informó que él ya no tenía más, pero que en “Administración” vendían.
Para mí, eso ya rozaba lo inconcebible, así que con mi compañera de almuerzo fuimos en pos de los cigarros.
Paseamos en un pasillo medio mosaico más chico que nuestro corredor ministerial, e incluso discutimos que ese era más amplio que el nuestro. No, no lo es. Es medio mosaico más chico, pero por la sobriedad y seriedad del mismo parece más grande... parece hasta ministerio.
Entramos hasta la mitad ¾ en donde encontramos el letrero ADMINISTRACIÓN, dos jóvenes nos preguntaron hacia donde íbamos y que necesitábamos?
Yo estaba muy temerosa, no solo por hacer el ridículo preguntando por cigarros, pero además por la falta total de respeto y ubicación... porque esta es la Dirección Nacional de Administración del Ministerio de ......... de Panamá.

Bueno, pregunté por cigarros... aja, ¿había otra opción? Yo tenía que comprobar que esto realmente sucede ahí.
En efecto la recepcionista con una dulce sonrisa dijo: Pase joven, es ahí dentro.
Efectivamente entramos a la Administración y varias personas (todas las presentes) preguntaron a viva voz: ¿Qué desean? - ¿En que se les ayuda?
Un señor me miró con su rostro muy rígido e insistió en preguntar. Yo con la voz más tímida y nerviosa que tengo dije: ¿es que, es que yo, bueno no sé, pero me dijeron que aquí venden o tienen cigarrillos?
Todo el mundo sonrió y el señor con su rostro ahora suave y dulce, procedió a buscármelos mientras me invitó a sentarme en la sala de esperas de la Dirección en donde mi amiga ya estaba riéndose hacía rato.
Luego, me vendió 2 cigarros (de una marca que no fumo) a veinticinco centavos.
Mi amiga y yo nada más podíamos reírnos y correr hasta nuestro ministerio de pasillo ancho e imagen tumultuosa de mercado público. Veníamos 20 minutos tarde.

No fume hasta rato después.

8 comments:

Anonymous said...

ajajajajajajajjjjjjajajaajajja
vainas que pasan en el arrabal de los sueños rotos.

Anonymous said...

tu amiga reia?
es que le da risa eso??
mardita loca

Anonymous said...

jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaajajajajajaajajajajajajaajajajaja


sigue siendo la borracha der chorrillo

Anonymous said...

aaaaaaaaaay cuanto anonimato komatsu jajajajajajaj quien fueras tu gatyet, mision imposible, klar ken

Anonymous said...

Ay sí, tú

Warren/Literófilo said...

Un relato muy agil y pícaro, divertido desde el inicio hasta el final, te mantiene leyendo que es lo importante me gustó bastante en realidad, te espero por Literofilia relatos breves, un saludo

Anonymous said...

hola soy una anonima probando...

Anonymous said...

Y yo, compañera de vicio (nicotínico, al menos) de Agua confirmo lo señalado en su relato. Y también agrego que hoy apareció, estratégicamente ubicado en la esquina donde nos procuramos el vicio, senda calcomanía que retrata los efectos nocivos del dicho producto de venta controlada.
Qué, claro, lo único que logra es que una aspire más y más juerte y pá adentro...total si esas fotos de embolias, fetos y pulmones no te hace perder el vicio...ninguna calcomanía "light" lo hará.
Lillith