Todos los días de estos nuevos días, son un momento de aprendizaje y crecimiento por todos mis lados. Hoy recordé lo mucho que me gusta “ser retada a más”. Creo que tiene que ver con superarse a una misma y lo vivido. (Me encanta mi nuevo trabajo y tener una jefa tan altamente eficiente, responsable y excelente manejo de las relaciones humanas)
Este año fue proclamado como el año de la restauración y ha sido definitiva la sentencia proclamada.
Se restaura poco a poco la confianza en mi misma, en lo que me gusta y lo que no. Restauro con placer los momentos de silencio y de añoranza. Se restaura el llanto sin limitantes ni temores, las carcajadas estrepitosas que fastidian a mi vecino.
Y a veces cuando me siento muy bien, me siento mal por no estar tan triste como esperaba. No es que no tenga grandes bajones, pero me gusta mucho mirar a la que fui, que tanto disfruto ser y que estoy recuperando.
Que irónico tener que soltar tanto para poder recuperarme.
Sin importar las luces, los juegos, payasos, sustos y encantos… no se pueda quedar una todo el tiempo lanzando bolas al a boca de un payaso, que parece estar riéndose eternamente de nuestros esfuerzos.
P.D. Para la población panameña y su compra de peluches, siempre existirá la Arrocha
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